La Certeza como Resistencia: Reflexiones para Agentes del Cambio

Como Agentes del Cambio, una de nuestras tareas más complejas no es solo implementar nuevos modelos, metodologías o estructuras, sino transformar mentalidades. Y en esa travesía, hay un enemigo silencioso pero poderoso: la certeza.

La película Cónclave ofrece una metáfora potente para quienes lideramos procesos de transformación. El cardenal Lawrence afirma que “la certeza es el peor de los pecados”, porque anula la posibilidad de diálogo, bloquea la escucha y convierte la diversidad en amenaza. Esa misma certeza es la que muchas veces encontramos enquistada en culturas organizacionales rígidas, en líderes que no cuestionan sus prácticas o en equipos que temen experimentar.

En el cambio organizacional, la certeza se manifiesta en frases como:

• “Siempre lo hemos hecho así.”
• “Eso aquí no va a funcionar.”
• “No necesitamos Agile, ya somos ágiles.”

Aferrarse a lo conocido puede ofrecer una sensación de seguridad, pero también puede ser la raíz de la inercia, la soberbia profesional y la resistencia activa o pasiva. Como el film sugiere, quien se aferra a sus verdades absolutas corre el riesgo de dejar de evolucionar.

Por el contrario, la duda —entendida como apertura, cuestionamiento y exploración— es una herramienta clave para cualquier agente del cambio. Dudar no es debilidad; es valentía. Implica poner en pausa las certezas, crear espacio para lo nuevo y estar dispuesto a desaprender.

Cambiar sin dudar no es cambiar: es reemplazar

Una transformación profunda no ocurre solo cambiando procesos, roles o herramientas. Ocurre cuando las personas comienzan a cuestionar sus propias convicciones. Cuando los equipos dejan de buscar respuestas fáciles y empiezan a hacerse preguntas difíciles. Cuando un líder reconoce que no tiene todas las soluciones, pero decide escuchar.

Por eso, como agentes del cambio, necesitamos:

• Fomentar entornos donde la duda sea bienvenida.
• Convertir la pregunta en una herramienta de transformación.
• Romper la ilusión de que el control o el método garantizan el éxito.
• Aceptar que cambiar es incómodo, y que está bien no tener certezas.

Cónclave no trata solo de la elección de un Papa, trata de algo más profundo: la lucha interna entre el control y la apertura, entre la seguridad y la búsqueda, entre el dogma y la evolución. Y eso, en última instancia, también es el núcleo del cambio organizacional.

Porque tal vez —como bien insinúa la película— la verdadera transformación no proviene de aferrarnos a lo que sabemos, sino de atrevernos a cuestionarlo todo.