
¡Despierta el potencial de tu cerebro y conviértete en un maestro del aprendizaje!
- Categorías Productividad
- Fecha 03/05/2024
¿Sabías que puedes retener hasta un 95% de lo que aprendes si lo pones en práctica?
¿Te suena la frase «aprender haciendo»?
William Glasser, un reconocido pedagogo, descubrió que retenemos hasta un 95% de lo que aprendemos cuando lo ponemos en práctica.
¿Por qué? Cuando te involucras activamente en el aprendizaje, tu cerebro crea conexiones neuronales más fuertes y duraderas. Es como si la información se «quemara» en tu memoria a través de la experiencia.
Es un hecho: a tu cerebro le encanta aprender. Pero no se conforma con cualquier cosa. No le basta con leer un libro o escuchar una conferencia. Quiere acción, quiere que lo pongas a prueba.
Olvídate de la memorización aburrida y descubre cómo convertir la información en habilidades que te impulsen hacia tus metas.
Lo importante es identificar tu estilo de aprendizaje y diseñar un camino a tu medida. Experimenta, prueba diferentes métodos y encuentra lo que mejor funcione para ti.
No todos aprendemos de la misma manera. Algunos somos más visuales, otros auditivos y algunos prefieren el aprendizaje kinestésico, a través del movimiento.
El poder del HACER:
La teoría de Glasser nos dice que el aprendizaje se consolida cuando lo aplicamos.
¿Quieres aprender un idioma? ¡Practica hablando con un nativo!
¿Quieres dominar una herramienta digital? ¡Empieza a usarla en un proyecto real!
El HACER te permite:
- Desarrollar confianza en tus habilidades.
- Identificar errores y áreas de mejora.
- Encontrar soluciones creativas a los problemas.
- Convertir el conocimiento en una parte integral de tu ser.
¡Despierta la curiosidad de tu cerebro y atrévete a aprender de forma activa!
La teoría del conocimiento de Glasser nos invita a repensar la educación como un proceso dinámico, activo y significativo.
Al enfocarse en la experiencia individual, la práctica y la aplicación, esta teoría ofrece un camino hacia un aprendizaje más efectivo y gratificante para todos.
- Cambio en el enfoque pedagógico: En lugar de centrarse en la transmisión de información, los educadores deben priorizar la creación de experiencias de aprendizaje significativas que involucren a los estudiantes de manera activa.
- Promoción de la autonomía del estudiante: Glasser aboga por un enfoque educativo que empodere a los estudiantes para que tomen control de su propio aprendizaje. Esto implica permitirles tomar decisiones sobre qué y cómo aprenden, fomentando así su autonomía y responsabilidad.
- Desarrollo de habilidades prácticas: En lugar de enfocarse únicamente en el conocimiento teórico, la educación según Glasser debería centrarse en el desarrollo de habilidades prácticas que sean relevantes y aplicables en la vida real.
El aprendizaje es un viaje emocionante que te abre un mundo de posibilidades. ¡Empieza hoy mismo a explorar tu potencial!
Beneficios en el aprendizaje del HACER
1. El aprendizaje como una experiencia activa:
Olvídate de la memorización pasiva. El aprendizaje efectivo, según Glasser, es un proceso activo que involucra a todo el ser. Los estudiantes deben ser protagonistas de su propio aprendizaje, explorando, experimentando y descubriendo por sí mismos.
2. Conexión entre mente y cuerpo:
El cuerpo no es solo un contenedor para la mente. El aprendizaje significativo se produce cuando se involucran tanto la mente como el cuerpo. La experiencia sensorial y la acción física son esenciales para la retención y comprensión del conocimiento.
3. Énfasis en la práctica y la aplicación:
El conocimiento no es algo que se deba almacenar en la memoria como un objeto inerte. Se convierte en algo útil y significativo cuando se pone en práctica. Los estudiantes deben tener la oportunidad de aplicar sus conocimientos en situaciones reales, lo que les permite desarrollar habilidades y comprender mejor el mundo que les rodea.
4. Importancia de la satisfacción y el éxito:
El aprendizaje no tiene que ser una experiencia tediosa. Cuando los estudiantes experimentan satisfacción y éxito en su proceso de aprendizaje, se motivan y se vuelven más receptivos al conocimiento.
5. La responsabilidad individual en el aprendizaje:
Glasser reconoce que cada persona es responsable de su propio aprendizaje. Los estudiantes deben tomar las riendas de su educación, establecer sus propios objetivos y buscar activamente las herramientas y recursos que les permitan alcanzarlos.
A lo largo de su fructífera carrera, Glasser trabajó en escenarios tan dispares como la educación, la vida familiar y la salud mental. Estas experiencias fueron, justamente, las que le permitieron desarrollar su teoría sobre la pirámide de aprendizaje.
Niveles de la pirámide de aprendizaje de Glasser
Preocupado por intentar explicar el funcionamiento del conocimiento, William Glasser pensó en una pirámide. La imagen le ayudó a desarrollar niveles que, según una determinada actividad, representan para nosotros un mayor o menor grado de aprendizaje.
Los niveles establecidos por Glasser se enuncian aquí desde la punta hasta la base de la pirámide, es decir, desde los que representan un menor aprendizaje hasta los que, a juicio de Glasser, son los que nos resultan más provechosos en nuestros procesos.
Leer
Según Glasser, en esta actividad, quizá la más difundida en los sistemas educativos, solo convertimos en conocimiento el 10%. Esto no significa que no sea importante para el intelecto; sin embargo, el psiquiatra explica que, en comparación con otras actividades, el aprendizaje suele ser menor.
Escuchar
Explica Glasser que cuando escuchamos una clase, por ejemplo, convertimos en aprendizaje solo un 20% de lo que oímos.
Ver
De lo visto se aprende un 30%, dado que ver es un acto que habitualmente deja huellas más profundas en nuestra memoria.
Ver y escuchar
Cuando los sentidos se suman en las actividades, el aprendizaje es mayor. Pensemos, por ejemplo, en el uso de videos en el aula o de explicaciones con diapositivas, que suelen estimular tanto la vista como nuestra capacidad de escucha. Esto, según Glasser, ayuda a mejorar el nivel de aprendizaje a un 50%.
Debatir
Marca el inicio de los niveles más provechosos, los cuales se caracterizan por el papel activo que adoptan las personas en sus procesos de aprendizaje. Por ello, cuando se debate con otros, se intercambian ideas, se defienden posturas, se descartan otras y se da forma a un pensamiento más crítico, el aprendizaje es cercano al 70%.
Hacer
Nuevamente, el papel de quien aprende se sigue tornando activo. Aplicar los conocimientos adquiridos a casos reales y concretos permite que el aprendizaje llegue a ser del 80%.
Enseñar
Por último, la base de la pirámide de William Glasser consiste en enseñar a otros, actividad que permite aprender un 95%.
Etiqueta:Aprendizaje, PRODUCTIVIDAD
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